Escrito por Victoria Maury
Tiempo de lectura: 03 minLa transformación digital avanza a gran velocidad. Nuevas herramientas, aplicaciones en la nube y modelos de inteligencia artificial se integran al día a día de las organizaciones para ganar eficiencia, agilidad y competitividad.
Sin embargo, este avance trae consigo un riesgo silencioso: Shadow IT y Shadow AI.
Hoy, muchas empresas ya no pierden información por ataques externos sofisticados, sino por tecnologías no controladas que operan dentro de sus propios entornos.
¿Qué es Shadow IT y por qué sigue creciendo?
Shadow IT se refiere al uso de aplicaciones, servicios o infraestructuras tecnológicas sin el conocimiento o aprobación del área de TI.
Ejemplos comunes:
- Herramientas SaaS contratadas directamente por áreas de negocio
- Servidores o servicios en la nube creados sin políticas de seguridad
- Integraciones externas sin monitoreo
- APIs expuestas sin controles adecuados
El problema no es la intención, sino la falta de visibilidad y control, lo que abre la puerta a vulnerabilidades, fugas de información y brechas de cumplimiento.
Shadow AI: el nuevo desafío para 2026
A este fenómeno se suma una tendencia aún más reciente y crítica: Shadow AI.
Cada vez más colaboradores utilizan:
- Modelos de IA generativa para análisis, redacción o código
- Plataformas externas para procesar datos sensibles
- Agentes de IA sin controles de seguridad ni gobernanza
Esto implica que información corporativa puede estar siendo enviada a modelos externos, entrenada sin consentimiento o almacenada fuera del control de la organización.
En muchos casos, las empresas ni siquiera saben qué datos están siendo utilizados por IA.
Riesgos reales del Shadow IT y Shadow AI
Cuando estas tecnologías no se gestionan adecuadamente, los riesgos se multiplican:
- Exposición de datos sensibles
- Pérdida de control sobre información estratégica
- Incumplimiento de normativas (ISO, NIST, PCI, SOX)
- Superficies de ataque desconocidas
- Falta de trazabilidad y auditoría
El mayor problema no es el uso de tecnología, sino no saber qué se está usando, dónde y con qué nivel de riesgo.
De lo invisible a lo visible: el primer paso es la visibilidad
En 2026, la ciberseguridad ya no puede ser solo reactiva.
Las organizaciones necesitan descubrir, monitorear y evaluar continuamente sus activos digitales.
Esto incluye:
- Infraestructura cloud e híbrida
- Aplicaciones expuestas
- APIs y servicios activos
- Presencia digital y marca
- Configuraciones y vulnerabilidades
- Uso no autorizado de tecnología
Sin visibilidad, no hay control. Y sin control, no hay seguridad.
Gobernanza, automatización y control continuo
La respuesta al Shadow IT y Shadow AI no es prohibir la innovación, sino gobernarla de forma inteligente.
Las organizaciones más maduras están apostando por:
- Descubrimiento automático de activos
- Monitoreo continuo de vulnerabilidades
- Evaluación constante de exposición externa
- Automatización de controles de seguridad
- Hardening y cumplimiento de forma recurrente
Este enfoque permite reducir riesgos sin frenar el negocio.
En conclusión Shadow IT y Shadow AI no son problemas futuros: ya están ocurriendo en la mayoría de las organizaciones.
La diferencia entre una empresa resiliente y una vulnerable no está en cuántas herramientas usa, sino en qué tan bien entiende y controla su ecosistema digital.
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