Escrito por Victoria Maury
Tiempo de lectura: 03 minEl 2025 trae consigo un panorama desafiante: los ciberataques impulsados por inteligencia artificial son más rápidos, más sofisticados y más difíciles de detener. Para las empresas, esto significa que la seguridad ya no puede ser solo reactiva: es necesario contar con estrategias proactivas, automatizadas y resilientes.
Tendencia 1: El auge de la ciberinteligencia ofensiva
Los ataques basados en ingeniería social potenciada con IA —como deepfakes, vishing y correos hiperpersonalizados— aumentarán su frecuencia y efectividad.
🔎 ¿Qué hacer? Implementar monitoreo constante en redes sociales, foros y dark web para anticipar riesgos de suplantación o fuga de información.
En Octapus, lo abordamos con nuestro módulo Akila CyberGuard, que rastrea menciones, filtra amenazas externas y ejecuta takedowns automáticos.
Tendencia 2: Multicloud e híbridos bajo la lupa
Cada vez más empresas migran hacia infraestructuras híbridas y multicloud, lo que amplía la superficie de ataque. El reto está en mantener visibilidad y control sobre todos los activos.
Aquí entra Akila, que ofrece un escaneo activo, descubrimiento automático de activos y monitoreo en tiempo real para garantizar que nada quede fuera del radar.
Tendencia 3: Cumplimiento normativo automatizado
Regulaciones como NIST, PCI-DSS, ISO o SOX exigen procesos de control cada vez más estrictos. El problema: hacerlo de forma manual consume tiempo y recursos.
La respuesta es la automatización: Akila Defender aplica hardening remoto, permite rollback granular y realiza diagnósticos de cumplimiento de forma continua.
Tendencia 4: Continuidad y resiliencia como prioridad
El ransomware y las interrupciones operativas no solo comprometen datos, también afectan reputación y confianza. Las organizaciones están priorizando planes de recuperación, respaldo y monitoreo predictivo para garantizar continuidad.
Con soluciones como BaaS y DRaaS de Octapus, es posible contar con recuperación inmediata y minimizar el impacto en el negocio.
El futuro de la ciberseguridad no es esperar un ataque, sino prevenirlo antes de que ocurra. Apostar por plataformas integrales y servicios de continuidad permite a las empresas ganar control, ahorrar tiempo y proteger lo más valioso: su reputación y confianza.
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